El concepto de «turismo retributivo» es relativamente nuevo en el escenario turístico, no solo en Colombia, sino también en el resto del mundo. Fue creado por el politólogo, guía turístico y CEO de PazYando Por Colombia, Martín Zamudio, durante sus estudios de campo en el sector. Este enfoque se refiere a una modalidad de turismo donde los viajeros no solo disfrutan de los destinos que visitan, sino que también buscan retribuir a las comunidades locales a través de diversas formas de contribución.
Dentro del esquema capitalista, se ha tendido a creer que el mejor aporte que se puede hacer a una comunidad es dejar dinero. Si bien esta reflexión no es del todo falsa, tiende a generar una visión economicista, en la que el dinero se convierte en el único beneficio otorgado por el visitante a las comunidades visitadas, dejando un vacío enorme en la relación (in)existente entre el visitante y el visitado, algo muy típico de las sociedades líquidas de nuestra contemporaneidad. La perspectiva del turismo retributivo intenta cambiar esta idea, poniendo en el centro de la interacción el componente humano, aprovechando las posibilidades que nos ofrece vivir en un mundo globalizado.
Es de suma importancia entender que cuando viajamos estamos siendo invitados a un territorio que no nos pertenece y en el que, aun así, nos permiten ingresar para conocer y pasar un buen rato. De la misma manera en que intentamos ser buenos huéspedes en la casa de amigos, familiares, conocidos o desconocidos, debemos entender que los aportes no siempre son o deben ser en especie. Finalmente, hay cosas más importantes: generar una buena experiencia, respetar los espacios, colaborar o ayudar en alguna tarea, por más fácil o difícil que sea, son solo algunos ejemplos de esto. Y es justamente eso lo que entendemos como retribución. De alguna manera, lo que intentamos preguntarnos es: ¿Qué, más allá del dinero, puedo dejar a mi anfitrión para retribuir su hospitalidad y generosidad?
El turismo retributivo busca dar respuesta a esta interrogante y, por eso, está orientado a un tipo de cliente que comprende el privilegio que tiene al poder conocer el mundo y las culturas que lo envuelven, y que, a su vez, quiere dejar una huella positiva tras su partida. Este tipo de turismo se enfoca en generar un impacto positivo y sostenible en los diferentes destinos, beneficiando tanto a los visitantes futuros como a los anfitriones, quienes a la larga se convierten en los nuevos protagonistas.
Cabe aclarar que el turismo retributivo es un concepto creado principalmente para beneficiar a una parte del sector turístico que se aleja de los turismos más convencionales y de masas. Este turismo, por su propia naturaleza, trabaja principalmente con pequeños y medianos proyectos de turismo popular y comunitario, que mantienen un perfil humilde e intentan dinamizar sus economías de manera sostenible a través de un sector que, bien orientado, puede garantizar progreso y, al mismo tiempo, un bajo impacto en términos de explotación del territorio.
A continuación, se exponen algunas de las maneras en que se puede retribuir a las comunidades que nos abren las puertas de sus hogares, para permitirnos explorarlos y vivir experiencias únicas. Cabe aclarar de antemano que este tipo de turismo permite una exploración más amplia y que cualquier actividad que genere beneficios mutuos entre los actores puede ser bienvenida.
Como se mencionó anteriormente, muchos de los proyectos con los que se puede realizar turismo retributivo parten de comunidades que, además de generar ingresos a partir del turismo, buscan hacerlo a través de la creación de productos artesanales con lo que les brinda la tierra a su alrededor. Por eso, la compra de productos locales se vuelve una manera de apoyarlos. Los turistas retributivos -o como los llama el creador de este enfoque, los PazAndantes- compran productos y servicios directamente de los negocios locales, lo que ayuda a impulsar la economía de la comunidad. Asimismo, intentan hacer uso de alojamientos, transportes y restaurantes locales y optan por evitar estos servicios cuando son ofrecidos por grandes cadenas internacionales, ya que esto representa una fuga del capital que ellos mismos están ingresando al país.
La participación en proyectos comunitarios es una otra manera muy beneficiosa de generar una conexión retributiva con los anfitriones y nos brinda al mismo tiempo la capacidad de generar experiencias humanas de valor difíciles de olvidar. El turismo retributivo invita a los turistas a dedicar parte de su tiempo a proyectos de voluntariado, como la construcción de infraestructuras, la enseñanza de idiomas, la impartición de talleres a elección o el trabajo en proyectos ambientales.
Es importante recordar que el turismo retributivo es, de entrada, un turismo responsable y sostenible, pues busca a toda costa que el impacto ambiental de su visita sea mínimo. Como tercer punto, los viajeros retributivos deben buscar minimizar su huella ecológica; por eso, utilizan medios de transporte sostenibles, respetan las normas ambientales locales e intentan dejar los lugares mejor de lo que los encontraron.
Un turista retributivo comprende también que no es ni más ni menos que la persona que lo está acogiendo, puesto que ningún tipo de atributo físico, económico, cultural o étnico nos da un poder moral o de cualquier otro tipo sobre otro ser humano. Esta es la razón por la cual el turismo retributivo busca fomentar el respeto por las costumbres y tradiciones locales, asegurando que las interacciones sean culturalmente sensibles y enriquecedoras para ambas partes. Es obvio, pero no sobra decir que un turista retributivo se opone de manera férrea a cualquier tipo de explotación humana y a cualquier tipo de turismo que viole las leyes locales, sobre todo cuando violarlas alimenta de manera directa o indirecta a las mafias y/o a los actores que hacen parte de agrupaciones criminales que perturban la tranquilidad de los residentes.
Para finalizar, pero no menos importante, el turista retributivo se convierte en un exponente de este tipo de proyectos, productos e iniciativas. No existe nada que pueda beneficiar más el crecimiento de una empresa o proyecto comunitario, solidario y sostenible que la promoción del mismo a través del voz a voz, invitando a sus seres queridos o conocidos a realizar la misma experiencia o experiencias similares. Los viajeros retributivos suelen abogar por prácticas turísticas justas y éticas y saben que la mejor manera de hacerlo es promoviendo destinos que se alinean con estos valores y comprendiendo que la retribución no termina una vez se ha dejado el territorio. Si una experiencia nos gustó y fue grata con nosotros y coherente con nuestros principios, lo mejor que podemos hacer es darle visibilidad.
En suma, el turismo retributivo puede ser visto como una evolución del turismo responsable y sostenible, ya que desarrolla un vínculo real entre el visitante, el anfitrión y el espacio que los rodea. Este enfoque de turismo es la manera más directa de generar beneficios mutuos entre los tres actores más importantes del sector: los turistas, las comunidades locales y el territorio. A largo plazo, busca promover una relación más equitativa y justa, donde el turismo se convierte en una herramienta para el desarrollo económico y social de las regiones visitadas, cuida del medio ambiente, genera conexiones reales entre los visitantes y los visitados, y, al mismo tiempo, ofrece experiencias auténticas y enriquecedoras para los viajeros.